Cuando pensamos en una frontera, generalmente nos imaginamos una autopista que une un país con otro y que cuenta con aduanas y puestos de migración que permiten o niegan el paso de las personas.  Pero no todas las fronteras son iguales.  Por ejemplo, entre los países de la Unión Europea, los trámites de migración fueron abolidos (y con ellos los edificios de aduanas en las fronteras) lo que hace que pasar de un país a otro no signifique más que una señal en el camino que indica qué país abandonamos y a qué país ingresamos.  Existen también las fronteras herméticas casi imposibles de cruzar por más vías de comunicación que existan como las de Corea del Norte.  Podríamos seguir con las fronteras naturales como montañas de gran altitud que impiden el paso, fronteras en la mitad de la nada como selvas o zonas permanentemente congeladas o las fronteras guardadas por muros o cercas destinadas aprevenir la migración ilegal.

En la frontera que vamos a visitar hoy no ocurre nada de lo anterior.  Es una frontera en el olvido de los gobiernos y que vive (o muere) dependiendo de cuánto se acuerden de ella en las respectivas capitales.  Hoy vamos a la ciudad de Rosso en el extremo sur de Mauritania y que conecta al país con Senegal como parte de la carretera entre Nouakchott y Dakar.

Mapas de Mauritania y Senegal con la carretera Nouakchott - Dakar (Vía el paso fronterizo de Rosso) resaltada. Fuente: Google maps
Mapa físico de la carretera Nouakchott - Dakar (Vía el paso fronterizo de Rosso) resaltada. Fuente: Google maps

La frontera entre los 2 Estados está marcada en su totalidad por el Río Senegal, pero a diferencia de otras fronteras fluviales del mundo, en Rosso no hay un puente que conecte los 2 países. ¿La razón? Existe, como siempre para África, la teoría que afirma que no hay recursos disponibles para infraestructura con presupuestos nacionales tan limitados. Sin embargo, estaríamos desconociendo que Senegal es uno de los países más prósperos en África Occidental y que su infraestructura ha mejorado considerablemente durante los últimos años.  Además, si esta teoría fuera cierta, tampoco existirían puentes en las fronteras entre países más pobres como Rwanda y Burundi o Sierra Leona y Liberia.  ¿Cuál es la razón entonces?  La respuesta es fácil: La Guerra Fronteriza entre Mauritania y Senegal (1989 – 1991).

En abril de 1989, la disputa sobre derechos de pastoreo en la zona fronteriza del Río Senegal llevó a los guardas fronterizos de Mauritania a disparar y matar a dos campesinos senegaleses y como resultado, la población en la orilla sur del Río Senegal se amotinó . En Senegal, donde muchos comerciantes eran de Mauritania, las tiendas fueron saqueadas y la mayoría de los mauritanos fueron expulsados a Mauritania. En Mauritania, los linchamientos y la brutalidad policial terminó en el exilio forzado de unos 70.000 habitantes del sur a Senegal, a pesar de que la mayoría de ellos no tenga ningún vínculo con el país. Cerca de 250.000 personas huyeron de sus hogares como consecuencia de las incursiones transfronterizas de los ejércitos de los 2 países y cientos de personas murieron a lado y lado del Río Senegal. La Organización para la Unidad Africana trató de negociar un acuerdo para reabrir la frontera, pero en última instancia, fue una iniciativa del presidente de Senegal, Abdou Diouf, la que llevó al tratado de paz que se firmó el 18 de julio de 1991.

Los refugiados mauritanos lentamente regresaron de nuevo al país durante los años siguientes, pero entre 20.000 y 30.000 aún continúan en las zonas fronterizas del norte de Senegal, y es en este lugar donde las Fuerzas de Liberación Africana de Mauritania – FLAM  – se basan.

Como resultado de la guerra y la presencia del FLAM (de mayoría negra frente a una Mauritania gobernada por la población árabe), el puente nunca fue construido.  Rosso, entonces, se convierte en un paso fronterizo en donde las grandes filas de autos fueron reemplazadas por 2 ó 3 ferries y un sinnúmero de canoas que cruzan el río a diario con personas, autos y mercancías y donde los hitos fronterizos fueron reemplazados por una forma innovadora y poco común de informarle a los viajeros dónde acaba Mauritania y empieza Senegal: Banderas que emergen de la profundidad del río en su punto medio y ondean justo sobre las aguas.  A continuación los dejamos con algunas imágenes de lo que hemos llamado «Banderas en el Agua» en esta frontera africana poco usual:

Bandera de Senegal en el punto medio del Río Senegal que marca la frontera entre Senegal y Mauritania en la localidad de Rosso (Fuente)
Bandera de Senegal en el punto medio del Río Senegal que marca la frontera entre Senegal y Mauritania en la localidad de Rosso (Fuente)
Bandera de Senegal en el punto medio del Río Senegal que marca la frontera entre Senegal y Mauritania en la localidad de Rosso (Fuente)
Ferry en la localidad mauritana de Rosso ondeando la bandera de Mauritania (Fuente)
Ferry con la bandera Mauritana cruzando el Río Senegal (Fuente)
Ferry con la bandera Mauritana en el lado senegalés del Río Senegal (Fuente)
Ferry mauritano descargando en Senegal (Fuente)
Ferry mauritano descargando en Rosso (Fuente)
Ferry mauritano cargando camellos en Rosso (Fuente)
Edificios de Aduanas y Migración en el lado mauritano (Fuente)
Edificios de Aduanas y Migración en el lado mauritano (Fuente)
Ferry mauritano y canoas esperando pasajeros en el Río Senegal (Fuente)

Hasta aquí llegamos en nuestra entrada de hoy. Volveremos a África en una próxima entrada y esperamos sus comentarios.  ¡Adiós pues!